lunes, 13 de septiembre de 2010

Vinayagar Chathurthi!!

Este fin de semana de septiembre ha sido muy importante en la India. En este país hay casi un 15% de musulmanes, y el viernes día 10 se puso fin al Ramadán de este año. Además, al día siguiente, sábado día 11, se celebraba Vinayagar Chathurthi, que es una fiesta hinduista en honor a Ganesh, un dios hindú representado con cabeza de elefante.

Así que en fechas tan señaladas como ésta, absolutamente todo el mundo visita lugares santos y decoran cualquier cosa o animal (aunque éste no quiera) con motivos para la ocasión.

Cuenta la tradición, que Siva, uno de los dioses de la trinidad hiundista (junto a Vishnu y Brahmá´), marchó a meditar al bosque dejando, sin saberlo, a su mujer Parvati encinta. Ésta dio a luz a un varón en ausencia de su padre, al que llamó Ganesh. Pasado el tiempo, se encontraba Pavarti en casa mientras su hijo vigilaba en la puerta por si venía algún intruso, cuando apareció Siva. Lógicamente, no se conocían el uno al otro, por lo que creyendo Siva que había un extraño en su casa, le cortó la cabeza al niño. Pavarti salió a la puerta alertada por el escándalo y al ver a su hijo decapitado, se sumió en una profunda depresión. Ante el sufrimiento de su esposa, Siva decidió sustituir la cabeza del recién nacido por la del primer animal que pasara por delante de su morada, y que resultó ser un elefante. Ganesh es un dios muy reverenciado en la India y es asociado con la sabiduría y la prosperidad.

Así que el sábado a primera hora (al menos para mí, porque a las 7.00 está ya medio Chennai en marcha) salimos desde la estación de autobuses central de la ciudad (C.M.B.T.) hacia Gingee (pronunciado /sinlli/). Está a unas 3 horas de autobús, y es una población no muy grande, y que tiene su principal atractivo turístico en el fuerte que tiene a las afueras. Por raro que parezca, y a pesar de tener una pequeña mención en mi guía de viaje, no había más turistas (al menos de piel clara) que nosotros, y eso, a estas alturas, sabemos que es bastante difícil que ocurra. Personalmente volví a sentirme un auténtico extranjero entre tanto indio, y ellos mismos se sorprendían muchísimo de vernos por allí, así que estuvimos saludando, charlando y haciéndonos fotos con un montón de gente durante buena parte del resto del día.

El fuerte de Gingee, situado a 2 Km. a las afueras de la ciudad, está compuesto por dos fortificaciones: Rajagiri y Krishnagiri (del Rey y de la Reina). Según tengo entendido, fueron construidos durante el siglo XVI, aunque algunas estructuras datan del siglo XIII. Por supuesto, en todo este tiempo ha estado ocupado por varias civilizaciones, como los maratas, los mongoles, los franceses y como no podía ser de otra forma, por los británicos.

Personalmente, me encantó esta visita al fuerte, porque ha sido la primera vez que he estado en un entorno natural, alejado del ruido, el tráfico y la contaminación que suelen estar presentes en estas ciudades; de hecho, para ir de Gingee a las fortificaciones, alquilamos unas bicis al irrisorio precio de 5 Rs/hora cada una (unos 9 céntimos de Euro).

Los paisajes eran simplemente espectaculares. A la entrada de ambas edificaciones había sendos carteles informando del carácter monumental y de relevancia nacional de las mismas, pero sin embargo, no había ni rastro de comerciantes, vendedores de baratijas o puestos de comida. Tenía la sensación de estar en un sitio que ha permanecido inaleterado durante los últimos 400 años. Como muchos os habréis imaginado, todas las construcciones del fuerte coronaban montes cercanos a la ciudad, así que para llegar hasta allí tuvimos que hacer un poco de ejercicio y subir escaleras. Llegué a contar 550 escalones en uno de los tramos, así que llegado a ese punto desistí; vamos, que eran un montón.

A última hora de la tarde cogimos el autobús para ir a Tiruvannamalai, que es el centro neurálgico de la zona y que tiene uno de los templos más grandes que he visitado desde que estoy aquí. También, esta urbe, tiene el dudoso honor de ser la ciudad más guarra y peor conservada de cuantas he visitado: qué descontrol, qué de cuervos, ratas, bichos y vacas por todos lados. Hicimos noche en un hostalito bastante apañado y a la mañana siguiente, tras un desayuno a base de poori (de mis comidas favoritas y que consiste en unas tortas de maíz con bastante levadura, acompañadas de un salsa a base de patatas y verduras y no muy picante!!), nos dirigimos al mencionado templo, el cuál dista bastante de nuestras iglesias. Está amurallado y en cada una de las puertas hay una majestuosa pirámide, típica en la arquitectura dravídica, y que recuerda a los templos aztecas o a los zigurats de la antigua Mesopotamia.

En un principio pensaba que podría subir a los diferentes niveles de dichas construcciones, pero para nada. Al acceder al interior te encuentras con un patio enorme en el que se suceden los altares, los techados para la meditación y grandes estanques en los que creo que a ciertas horas del día se pueden bañar los peregrinos buscando, tal vez, purificación. Y digo tal vez, porque a diferencia nuestras iglesias y monasterios, no hay un sólo cartel que invite al turista a informarse del año de construcción, el nombre del arquitecto o las sucesivas remodelaciones que ha sufrido el edificio. Creo que aquí los templos se usan para lo que fueron construidos, y ya está; o eso, o el gobierno indio todavía no se imagina el filón que supone el turismo en este tipo de lugares, XD. Un dato, nos dejaron entrar sin problemas, pero a la salida un hombre que parecía estar a cargo de aquella zona del templo me recriminó de muy mala forma que había entrado en pantalón corto, y que me encontraba en un sitio cultural y religioso, no turístico. Creo que es el primer "enfrentamiento" que he tenido con un indio en los dos meses que llevo aquí, así que seguro que fue una gran falta de respeto por mi parte. Ya me enmendaré a la próxima y me llevaré el longyi!!

Lo que más me impresionó dentro del templo es que había un elefante que te bendecía, jaja, sí como lo oyes. El animal, que tenía pinta de estar cansado de tanta parafernalia estaba moviéndose en el sitio, estiraba su trompa, le ponías una moneda en la nariz y con bastante habilidad te tocaba en la cabeza. A mí más que tocarme me pegó, no sé si porque el animal no midió bien o porque me vio muy pecador y en vez de bendecirme, me castigó, XD. Adjunto documento gráfico de tan singular momento, porque suena a increíble.

Después de comer fuimos a la estación a coger el autobús y viví otra de esas situaciones impensables en España (y creo que en Europa). Bajo un sol de justicia en una estación al aire libre, y tras preguntar a no sé cuántas personas, nos enteramos de que al ser un fin de semana festivo, había tanta gente esperando que para coger el autobús había primero que hacer una cola enorme (ya hablaré algún día de las colas en la India) delante de una taquilla para conseguir un token (vamos, como cuando vas a la frutería y pides la vez). Con ese número tenías que esperar al autobús que te correspondía, subirte en él y allí dentro comprar el billete. Afortunadamente, como pasa siempre por aquí, había una cola para hombres y una para mujeres, así que una de las chicas que iba con nosotros sacó número para todos, porque la fila de las féminas era más corta e iba más rápido. Con todo y con esto tardamos más de 2 horas en montarnos en el autobús y nos pegamos otras 4 horas de vuelta a Chennai. Aunque fue un poco locura, me divertí mucho, porque éramos los únicos blancos, y muchas personas se acercaban a intentar ayudarnos (no siempre con demasiado éxito), así que por lo menos tuvimos conversación durante todo el tiempo. Tomé esta foto en la cola de los famosos tokens, porque me recordaba a los libros de Dónde está Wally? Y digo yo, Dónde está la blanca?


Así que, el que venga de visita, que se traiga una gorrita para el sol y un montón de paciencia, porque falta le va a hacer. Pero eso sí, si se viene mentalizado, os garantizo que se lo pasa uno como los Indios, XD.


Un abrazo, Pablo L.

10 comentarios:

  1. Madre mia!! Que capacidad narrativa en este post!
    Me ha encantado la parte del elefante golpeador de cabezas!! Aquí nosotros le pegamos coscorrones a Santiago cuando terminamos la peregrinación y allí os pegan los elefantes!! XD

    También he de decir que creo haber encontrado a Wally... bueno, o a Blanca... Supongo que es la única que lleva una coleta con gomilla...jejeje

    Por cierto, un poco sangrienta la historia de Ganesh... ay oma, si le hacen eso a los dioses en sus historias que no le harán a los mortales!!

    Hasta el próximo post... ¿en qué aventura te enfrascarás esta vez? :D

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  2. Pues sí, lo del elefante es para verlo, aunque yo creo que el animalito está tela de explotado. Había muchos padres que llevaban a sus hijos pequeños en brazos, le daban la moneda al bicho y cuando éste levantaba la trompa ponían al crío en medio, para que fuera bendecido, jaja. Normalmente todo esto era acompañado con un considerable llanto del damnificado, que no tenía el menor interés en ser bendecido.
    Lo de la estación es para vivirlo. No te puedes hacer una idea de la de gente que había y el calor que pasamos, y sí, la de la gomilla es la blanquita, porque aquí se estila más la trenza y el pasador.
    Una de las cosas que menos me está gustando es que los propios indios hacen las cosas por inercia, no son capaces de explicarte el porqué de las cosas, así que en temas de religión me estoy ayudando de la guía y de Internet, porque preguntar al personal es casi para nada!!
    En el próximo ya veremos. Tengo que aprovechar y contar cosas ahora, que cuando empiece los exámenes la cosa estará paraita!! Un besote.

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  3. mu wapo lo del elefantito, y lo de el elefante con la tromap en tu cabeza tb jeje (pillas??) q jocoso q soy, no te habra absorbido parte de tu intelecto con su trompa?? no veas si te curras el tema este del blog. un abrazo esta noxe pretendemos qedar con tu hermana para poner fexas, un abrazo mamona¡¡¡

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  4. Qué pasa campeón (Knino supongo)!! Sí que he pillado tu broma, sembrao' te veo, jaja. A ver cuando vais a venir, que me vais a pillar en exámenes, que lo estoy viendo, jaja. En noviembre, me puedo escapar unos días a partir del 4; de hecho estaría bien que fuera en plan 4, 5, 6, 7 y demás, porque si no va a estar difícil que me enganche a vuestros planes. Un abrazo y ya me cuentas.

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  5. Querido Pablete:
    Cuando leo tus aventuras de weekend te veo como Brad Pitt en la peli de siete semanas en el Tibet.! qué barbaridad!
    ! que pena que esos monumentos y lugares esten tan lejos!
    Oye, a pesar de la pobreza, están muy cuidadas las iglesias y los parajes son ideales. Una pregunta ¿ fuiste capaz de subir tantos escalones con la bici a cuestas?
    Por cierto, yo no he encontrado a Wally ni a Blanca, pero eso sí, siempre veo al mismo indio en todas las fotos, o eso o que todos se parecen al que se casó.
    Un beso y no nos dejes del todo aunque empieces con los exámenes, please.

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  6. Jajaj, tita, creo que a Brad Pitt le gustó algo más el Tibet, y estuvo como 7 años, pero vamos, que yo te he entendido. Lógicamente, no se le quedó el tipín que se me está quedando a mí, está claro, jaja.
    La bici la dejamos abajo, obviamente, porque sino hubiera sido para nota. Las cosas están bastante bien cuidadas, pero no hay forma de encontrar una papelera por la calle; en general me he dado cuenta que prefieren tirar la basura al suelo y después recogerla que poner un contenedor y programar su recogida.
    Pincha sobre la foto y ya verás que se amplia, así podrás ver a la chica occidental que anda por esa foto; y sí, se parecen todos muchísimos. Seguro que a ellos les pasa lo mismo conmigo. Un besote y ya veremos qué se puede hacer.

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  7. Hola palomito:
    Después del corte de pelo lo que te faltaba era el mamporro de la trompa del elefante.
    Creo que en la India es el único sitio del mundo mundial donde las colas de las mujeres son más cortas y ágiles que las de los hombres (el comentario suena raro después de leerlo, pero no tiene segundas intenciones XD!)¿Por qué ocurre esto? ¿Es que las mujeres van andando en vez de en autobús? Como ves yo siempre con la vena feminista. Me sorprende que en un país donde la mujer está bastante marginada tengas más profesoras que profesores. ¿Cómo es que los indios se dejan enseñar por mujeres?
    Bueno no me enrrollo y que te cuides.
    Besssssssitossssss

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  8. Qué pasa guapaaaa!! Tranquila, que lo de las colas no me lo había tomado con segundas, al menos hasta que tú me lo has intentado aclarar. No tengo muy claro por qué ocurre; creo simplemente que los billetes suelen comprarlos los hombres, y que en la taquilla atienden preferentemente a las mujeres, en plan cortesía. Lo de las profesoras también me ha sorprendido mucho a mí, pero no es una tónica general entre mis compañeros Erasmus. La mujer está discriminada en algunos sectores (aunque no se nota excesivamente, aquí son muy discretos y nadie se queja por nada), pero es mayor aun el respeto que los jóvenes tienen por las personas mayores, y más aun si tienen alguna titulación o graduado; digo yo que será por eso. Un besote!!

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  9. Hola te escribo de parte de Visi, que la tengo aquí a mi vera, que dice que si hubieras pillado el arroz que nos hemos comido hoy... también que te daría con gusto un buen filete con patatas, que allí con la cosa de las vacas está chungo, y a tí te encanta. Hemos visto tus fotos desde el principio y no te ve muy flaco, le impresiona un poco más el verte con faldas. Me dice que han estado en tu casa de Cades Cati y Valentín y Visi también se ha bajado allí "en el hotel los gaditanos" que parece que tratan bien a la parroquia.
    Cuando contestes, acuerdate de dedicarle algún chascarrillo que se lo cuente, ya sabes que ella te hace de güelilla.

    Besos.

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  10. Madre mía Piñón, una lágrima se me ha caido pensando en el arroz con su higadito, con su sofrito, su cebollita... Y su filete de segundo, con sus papitas...
    Me alegra que no me vea muy flaco, para que no se me preocupe, que aquí la gente me lo anda diciendo a menudo; pero bueno, yo creo que lo peor ya ha pasado, porque claro, las dos veces que he estado enfermo es cuando he perdido más peso, ahora ya la cosa está más o menos controlada. Tenemos localizdos algunos restaurantes de comida rápida para hacernos el apaño con la carne (pollo por supuesto), pero aun así la cosa está necesitada.
    Bua, la casa de Cantabria no es un hotel, es una comuna. Para ir allí hay que echar instancia por triplicado a primera hora de la mañana al menos 1 mes antes de la estancia prevista; pero ello no te libra de que aparezcan miles de personas por allí, XD.
    Dile a Visi que he encontrado una comida aquí llamada poori que consiste en unas tortas de maíz que se parecen mucho a las boronas de Cantabria, y que me acuerdo mucho de ella y sus guisos. Y dale un besote!!

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