martes, 18 de enero de 2011

...Ganeshito de mi vida, eres niño como yo,...

Antes de terminar de relatar mi último viaje por Asia, quería hacer un alto para tocar un tema que está omnipresente en la cultura india, y que no podía pasar por alto: la religión. He querido esperar hasta el final de mi estancia, a fin de recopilar toda la información posible para tratar de explicar lo imbuida que están la fe y las creencias en el día a día de estas gentes.

Aproximadamente el 80% de los indios se declaran hindúes; el 20% restante se reparte entre musulmanes, cristianos, jainistas, budistasparsis y sijistas. Dependiendo de la región del país que consideremos, estas minorías religiosas tienen mayor o menor peso, de forma que si en Kerala, por ejemplo, hay una floreciente comunidad cristiana, en Andhra Pradesh son los musulmanes los que secundan al hinduismo en número de fieles. Lógicamente, con este desigual reparto, no es raro que haya sido la religión hindú la que más haya despertado mi curiosidad.

Para empezar, comenzaré diciendo que, a diferencia de lo que pueda pensarse, el hinduismo carece de fundador, autoridad central o jerarquía. Básicamente, los hindúes creen en Brahmán, que es eterno, infinito y no creado; todo lo que existe emana de Brahmán y al final volverá a él. Así que en la India no hay ningún templo dedicado a Brahmán, porque no se le conocen forma ni atributos. En su defecto, hay lugares de oración y peregrinación dedicados a muchas de sus manifestaciones cognoscibles y que sí tienen atributos.

Para no liar mucho el asunto, que es hartamente complicado, hay que destacar una terna de dioses (o manifestaciones de Brahmán) que componen la trimurti, que viene a ser como la Santísima Trinidad de los cristianos. La forman Brahma (sin n al final), Visnu y Siva.

El primero de ellos sólo interviene activamete durante la creación del universo y el resto del tiempo, lo pasa meditando. Se le suele representar con cuatro cabezas (con corona y barba), cada una mirando a un punto cardinal. Visnu es el que protege y preserva todo lo bueno del mundo. Normalmente se le representa con cuatro brazos, sosteniendo una flor de loto, una caracola, un disco y una maza. Se dice que el Ganges nace en sus pies. Por último, Siva, es el destructor, pero sin el cual la creación no tendría lugar. Su papel creativo se simboliza con la representación fálica del venerado lingam (sí, un enorme y grueso falo que la primera vez que se ve da que pensar, XD). A veces Siva aparece con serpientes enroscadas en el cuello y se le representa asiendo un tridente (representando la trimurti).

Alguno podrá pensar, "...hombre, pues tan difícil no es esto del hinduismo, si total, tienen unos pocos dioses con un nombre algo complicado, pero poco más...". Creo que eso es lo que a mí también se me pasó por la cabeza al principio, pero después vas descubriendo que en la India y en el hinduismo, las cosas no son blancas o negras. Pondré algunos ejemplos para que se vislumbre la magnitud del asunto: Siva, tiene 1008 nombres y adopta muchas formas, como Pashupati, defensor de los animales y Nataraja, señor de la danza. Visnu cuenta con nueve avatares (encarnaciones) que son el pez Matsya, la tortuga Kurma, el jabalí Naraha (del que vi un templo en Khajuraho), Narasimha, Vamana, Parasurama, Rama, Krisna (de ahí los conocidos Hare Krisna) y Buda (sí, Buda, el del budismo, porque esta religión emana del hinduismo). Todos estos dioses, además, tienen mujer e hijos (que no dejan de ser nuevas manifestaciones de Brahmán), que también son adorados e idolatrados en diferentes puntos del país. Así la mujer de Siva es Parvati, que tiene a su vez multitud de representaciones como Durga o Kali. El hijo de Siva y Parvati es Ganesh (el de la cabeza de elefante), que representa la buena suerte y es muy querido. Añadir también que estos dioses han tenido varias esposas, así que Parvati, por ejemplo, se casó con Siva en segundas nupcias, lo que hace que haya otra primera esposa con no sé cuántos hijos para adorar y tener en cuenta. En definitiva, y para no alargarlo más, ¡¡el hinduismo se va de las manos!!

Garuda, vehículo celestial de Visnu, mitad hombre mitad pájaro

Con Naraha, en Khajuraho

Seguramente en este momento os surgirán muchísimas preguntas acerca de cómo es esto o lo otro en esta complicada religión, pero creo que tanta explicación no cabría ni en 5 posts. Así que el que quiera saber más, que me invite a una cervecita y a una tapa de carne al toro (que tengo déficits cárnicos, XD) y ya le cuento lo poco que sé. Y sí, digo poco porque uno de los principales problemas que he encontrado durante mi estancia es que cuánto más preguntas a los indios, menos cosas claras tienes en la cabeza; es decir, que recibes muchas informaciones, pero o bien no tienen nada que ver o bien no casan entre sí. Es chocante y hasta frustrante, llegar a un país tan variopinto, quedarte alucinado de su riqueza cultural y no ser capaz de descubrir y conocer todos los aspectos de su vasta tradición. ¿Significa esto que los indios son malos hindúes porque no conocen perfectamente su religión? No lo creo, personalmente pienso que es un tema de educación. Por ejemplo, en clase, con mis compañeros indios, pocas veces se hacían preguntas a los profesores, y no porque no hubiera dudas (os lo puedo asegurar), sino porque el respeto al profesor es tal, que no se le quiere molestar con ninguna pregunta. Esto provoca situaciones tan curiosas como que el docente cometa un error garrafal en la pizarra y nadie diga nada, pero el día del examen, todos tengan perfectamente resuelto el ejercicio en cuestión. Así que, teniendo en cuenta que estamos hablando de chavales universitarios, con ganas de aprender y prosperar, no sorprende que cualquier persona menos cualificada ni si quiera se plantee el porqué de ciertas costumbres. Por tanto, la regla de oro es: si tienes alguna duda, pregunta al menos a 3 indios al azar. Si coinciden sus respuestas, puede que estén en lo cierto; si la de alguno difiere, sigue preguntando, XD.

Para terminar, quiero comentar algunas curiosdades acerca del hinduismo, que hacen entender lo intimamente ligado que está a la sociedad y sus costumbres:

- El jainismo y el sijismo no son más que religiones nacidas como fruto de escisiones en el seno del hinduismo, como ya les ocurrió a los cristianos con los luteranos o los anglicanos. Concretamente el jainismo brotó en el siglo VI a.C. como reacción contra las restricciones del sistema de castas y los rituales del hinduismo.

- Como es sabido, la vaca es un animal sagrado en este país. No sabía exactamente porqué, pero no mucho antes de venirme escuché  una razón que me dejó bastante satisfecho. No lo he comentado antes, para no liar más el post, pero cada uno de los dioses que he mencionado arriba, tienen una montura, es decir, un animal o criatura que les sirve de transporte y con los que habitualmente se les representa. Pues bien, la montura de Siva es Nandi, un toro. De ahí que este animal sea venerado y protegido.

 Templo a Nandi en Tiruvanmalai

- Para demostrar mi alto nivel de ignorancia acerca de esta esquiva cultura, os cuento la última. Casi desde el primer día que llegué aquí me fijé que en muchos templos, escudos, emblemas, etc. aparecen esvásticas o cruces gamadas. La verdad es que al principio me quedé alucinado, y por un segundo llegué incluso a pensar que quizás el Tercer Reich trató de conquistar territorios tan lejanos como éste. Rápidamente, y después de semejante disparate, traté de preguntar a varios hinduistas acerca de este símbolo que a mí (y me temo que a los de mi generación) nos recuerda a una de las etapas más tristes del siglo XX. Al final, Internet ha resuelto mis dudas. Resulta que la esvástica es un símbolo que lleva apareciendo desde tiempos inmemoriales en diferentes culturas (al menos desde el siglo V a.C.), desde los hinduistas, a los indios navajos, pasando por tribus iraníes o incluso el mismísimo Baden Powell, que la usó como parte del diseño de una medalla al honor que entregaba a sus muchachos (lógicamente, en los años 30 la cambió). la palabra esvástica viene del sánscrito (lengua originaria del Hindi y otras lenguas indias) y significa muy auspicioso. Además, en la cultura hindú puede encontrarse con sus brazos doblados en sentido horario, en cuyo caso representa a Brahmá, o antihorario, representando a Siva.

Creo que muchos hindúes hacen lo que hacen porque es tradición o rutina, sin ni si quiera plantearse los orígenes o causas de tan ancestrales comportamientos. Sea como fuere, sus tradiciones son muy distintas a las nuestras, curiosísimas e irremediablemente cautivadoras.


Un saludo, Pablo L.

martes, 4 de enero de 2011

Té en el paraíso

Este año Nochebuena ha pasado sin pena ni gloria por mi calendario, ya que tras mi último examen (el mismo día 24), estaba totalmente agotado, así que a eso de las 21.30 ya estaba durmiendo; no pude ni ver el discurso del Rey, que seguro que algo interesante diría, XD. Estas fechas tan señaladas sin la familia cerca hacen que valores mucho más lo que tienes y que lo disfrutes al máximo cuando es posible. Aun así, aquí no se celebra nada en especial el día 24, aunque el Día de Navidad es festivo, de forma que no se notó tanto el estar sólo. Lo mejor estaba por llegar.

Sólo media hora después de que comenzara el día 26, cogía un vuelo con dirección a la isla de Sri Lanka, que es un pequeño país situado al sur de la India y que hasta hace poco menos de dos años estaba en guerra civil. Para los que no les suene, cuando estaba bajo el dominio británico era conocida como Ceylon (sí, como el té). Tiene sobre 20 millones de habitantes y logró su independencia un año después que su vecino, en 1948. El motivo fundamental para visitar este pequeño estado es que otros compañeros de beca ya estuvieron anteriormente y me hablaron maravillas de él; además, tenía la oportunidad de hacer un curso de buceo de cuatro días, y según los entendidos, este país es una delicia para esto del submarinismo.

Básicamente, Sri Lanka es otro rollo de país. La gente tiene rasgos indios y son también muy amables y sonrientes, pero sus ciudades no tienen nada que ver, y sus costumbres también distan bastante. Por poner un ejemplo, sólo unas horas después de llegar al aeropuerto de Colombo, su capital, desayunaba huevos con bacon en frente de la playa, ¡¡gran acogida!!


Hikkaduwa es un pueblecito al sur de la isla, a unas tres horas en autobús desde la capital. Es famosa por sus zonas de buceo recreativo y sus playas de fina arena y aguas cristalinas. Qué mejor lugar que ese para hacer el PADI Open Waters Scuba Diving Course, que es el nivel básico de aprendizaje en este mundillo. La cosa no es para nada trivial, y aparte de las prácticas, las inmersiones, tienes que leerte un libro y hacer un test al final del curso. Aunque pueda parecer un tostón, la verdad es que se aprende muchísimo (y si te interesa el asunto, más aun) y todo con un método orientado a la práctica. Por supuesto, como en todas estas cosas, el sentido común y la lógica son las mejores herramientas para no tener ningún problema. No se debe olvidar que el submarinismo no deja de ser un deporte de riesgo y que el agua no es nuestro medio natural, por lo que en él somos más vulnerables. Esta experiencia, que ha superado ampliamente mis expectativas, pone a prueba tu serenidad, paciencia y autocontrol.

Con Praveen, mi instructor

Como bien pude leer antes de mi estreno en una inmersión, la primera vez que sales a mar abierto, te colocas el regulador en la boca e inhalas bajo el agua, es algo alucinante, inolvidable, casi indescriptible. El aire penetra en tus pulmones, frío como nunca antes y poco a poco vas acostumbrándote a ese nuevo habitat en el que tus brazos y piernas se mueven con parsimonia, a cámara lenta. A medida que desciendes, la presión empieza a notarse y la oscuridad se cierne sobre tu cabeza y la de tu compañero, y cuando estás en medio de la nada más absoluta, casi sin darte cuenta, llegas al fondo y comienza el espectáculo: miles de colores y formas por todas partes, plantas y peces revoloteando por doquier, un patio de recreo del que no se ve el final,... No puedo más que aconsejar a todo el que pueda que pruebe esta actividad, no creo que le defraude. Me hubiera encantado tener alguna foto durante alguna de las inmersiones que hice, pero no había presupuesto para una cámara subacuática, así que pongo algunas de la playa desde la que embarcábamos.


La comida es otra de esas cosas de Sri Lanka, que como dice un amigo mío, no te la esperas. Después de casi seis meses en un país vegetariano donde es materialmente imposible encontrar ternera y muy difícilmente cerdo (aparte de ser caro), aterricé en un lugar donde la carne está a la orden del día y donde los platos mezclan el arroz, con coloridas y picantes salsas y trozos de sabrosa carne y jugoso pescado. También hay suculentos dulces y la cerveza es relativamente asequible y bastante buena. Cualquier pudiera pensar que cualquier país de alrededor es mejor que la India, pero nada más lejos de la realidad, lo que ocurre es que es sorprendente que a solo 44 Km. de distancia se pueda encontrar un sitio tan distinto, tan lleno de contrastes, etc. Bueno, pasa eso y que a mí me encanta la comida, XD. Dejo algunas fotos de un par de platos típicos de la zona.

Rice & Curry, que es sirve con cuatro o cinco salsas y trozos de atún
 .
Rotti de plátano y chocolate, que viene a ser similar a un crepe

La verdad es que el curso, mañana y tarde, me dejaba bastante rendido, pero no podía perder la oportunidad de conocer la zona. Así que aprovechando que, al igual que en la India, no hace falta permiso de conducir, alquilé una moto y fui un par de tardes a visitar algunos puntos de interés. Para no perder la costumbre, elegí una marca india, en este caso una Bajaj, que tiene con su modelo Pulsar (en la foto), un auténtico filón: es bastante raro no cruzarte con alguna a cualquier hora del día. 


Sri Lanka es un país del que destaca su mezcolanza. La religión predominante es el budismo, aunque también hay musulmanes, católicos e hinduístas, estos tres últimos en igual proporción. La mayoría de sus habitantes es de aspecto similar a los indios, aunque algún oriundo me dijo que las diferencias entre ambos pueblos saltan a la vista (evidentemente no a la mía). Así que, toda la región está salpicada de templos de cualquier credo y en las ciudades se ven personas ataviadas con diversos atuendos según su confesión, porque, afortunadamente, todos viven en armonía y se respetan los unos a los otros.

Tenía especial interés por ir a un templo budista, ya que me ha faltado tiempo para ir a Nepal o al noreste de la India, donde esta religión es mayoritaria. Así que tras preguntar al personal, cogí la moto y fui a unos 20 Km., a visitar el templo de Yatala, que significa bajo la roca.

El lugar estaba casi desierto, y sólo una feligresa andaba limpiando y adornando los altares de las distintas imágenes de Buda que había. En seis meses no he aprendido demasiado sobre el hinduismo (tengo un post pendiente sobre eso), así que imaginaros lo que conseguí en poco menos de una hora en aquel sitio... El lugar era tranquilo como pocos, muy distinto de los bulliciosos templos hindúes que he visitado desde que estoy aquí. Podías estar allí horas sin ser molestado por absolutamente nadie.

Entrada al complejo del templo de Yatala

Detalle de varios elementos representativos de un típico templo budista

Algunos de los altares con imágenes de Buda

Para terminar, el mismo día de mi partida, visité la ciudad de Unawatuna, que debería haber sido una auténtica pasada, aunque a reventar de turistas. La mala suerte se cebó conmigo, y tanto a la ida como a la vuelta, me cayó lo que no está escrito. Cuando sólo llevaba diez minutos en la moto, empezó a jarrear como pocas veces he visto, así que la carretera se convirtío en un auténtico peligro y tuve que reducir la marcha, lo que hizo que terminara como una auténtica sopa, XD. Aun así, pude sacar alguna que otra foto de este idílico pueblecito a pie de playa.


Sólo me quedaron buenas sensaciones de este pequeño país, del que dicen sus propios habitantes que el norte es mágico, por estar prácticamente virgen y deshabitado. Quien sabe, igual el próximo curso de buceo lo hago por allí, XD.


Un abrazo, Pablo L.