miércoles, 23 de febrero de 2011

Despedida y cierre


Y se acabó lo que se daba, y además, ya iba tocando, porque hace ya más de un mes que estoy de vuelta. Alargarme tanto antes de publicar este último post no era algo premeditado, ni mucho menos, pero sí que me ha ayudado a asimilar mi nueva situación. Así, a bote pronto, he notado un tremendo cambio en la comida, las ciudades, el clima, el transporte, las caras conocidas,... Hay otros tantos detalles que han cambiado, y de los que seguramente no me habré dado cuenta, pero sí tengo claro qué es lo que más me ha llamado la atención a mi regreso. En la India, en mi opinión, la gente es más pobre que en España, y digo en mi opinión, porque estoy acostumbrado a un cierto nivel de vida, a unas ciertas comodidades, etc. Con esto quiero decir, que a lo mejor una persona de Nepal piensa que en la India viven estupendamente, y que menudo lujo que tienen, pero no creo que los españoles compartamos esa opinión. Sin embargo, por extraño que parezca, la gente es muy generosa, afable y feliz (o al menos, eso parece).

Hace como diez días, en Sevilla, vi una discusión bastante airada entre dos señoras de mediana edad, por algo que no viene al caso, y una de ellas zanjó el problema diciendo: "...todos tenemos problemas señora, así que no me cuente historias..." Me quedé realmente sorprendido; hacía mucho tiempo que no veía a alguien tan enfadado. Estoy convencido de que esas mujeres lo tienen todo para ser feliz, pero en aquel preciso instante sólo se demostraron enfado e indiferencia la una a la otra. Sin duda es otro ejemplo de que vivir en un país desarrollado, no asegura que sus habitantes lo sean.

Creo que deberíamos tratar de sonreir más, tratar de agradar más a los demás, tratar de no buscar más problemas de los que ya hay y tratar de no buscarse más enemigos de la cuenta, porque llevarse bien con la gente me parece algo más sencillo y satisfactorio que llevarse mal.

Bueno, no me pongo más trascendental, que al fin y al cabo quiero terminar esta aventura como reportero dando las gracias. ¿Y por qué? Pues porque muchos conocidos han seguido el blog, y me lo han hecho saber. Quería contar mis experiencias y mis sensaciones con cada nuevo paso que daba en este excitante viaje y quería hacerlos partícipes a todos y todas. Pero lo que no me esperaba era recibir muchas otras visitas de gente a las que no conozco de nada y de sitios en los que no he estado en mi vida. Y muchos diréis, ¿cómo sabes tú que te han seguido, eh, tío listo? Pues bueno, gracias a la tecnología, asocié este blog a una cuenta de Google Analytics, que básicamente es una aplicación que se encarga de fisgar de dónde son las personas que han visitado HACIENDO EL INDIO EN LA INDIA. Además, reporta información acerca de la hora, el tiempo de conexión, el sistema operativo del equipo utilizado,... vamos, rondando los límites de la privacidad, XD.

Lo más curioso de todo esto, es que he recibido muchas visitas (muchas más de las que esperaba), pero no sólo de sitios en los que viven gente conocida, sino también de otras ubicaciones de las que sólo había oído hablar en televisión. Así que, por ejemplo, hay una persona en Australia y otra en Rusia que han sabido de mis andanzas. Supongo que estaban buscando algo en la red y toparon con mi blog; seguramente vieron que era en español, o simplemente que no era en inglés, y se fueron como llegaron, pero quedaron registrados. así que, a efectos prácticos, me han ayudado a sumar un total de 41 pasíses, que me parece una auténtica barbaridad.

Pues por todo esto, muchas gracias a los conocidos y a los desconocidos, porque es un gustazo (y un poquito de responsabilidad, XD) escribir algo cuando sabes que hay gente esperando para leerlo. Para que quede constancia de lo que comento, os dejo unas capturas de esta aplicación tan interesante (¡¡y tan cotilla!!).


Al final han sido casi 3.000 visitas, que seguramente se superarán con este post, y picos de casi 40 visitas en algunos días; datos que han superado ampliamente mis expectativas más ambiciosas.


Como quizás alguno os preguntaréis si se cuentan las visitas de una misma persona una y otra vez, aclararos que sí, pero que el programa también ofrece un dato que figura como Visitantes únicos absolutos, y que no es más que el número de participantes totales, es decir, contandolos sólo una vez. Al final, más de 900, ¡¡casi ná'!!


Para mí, esta imagen y la siguiente son las mejores representaciones de la difusión de este blog. Este mapa refleja los países que han entrado en este sitio, pintando de un verde más oscuro, aquellos territorios con más visitas. Lógicamente, España gana por goleada, y tras ella está la India, porque se cuentan, por ejemplo, todas las visitas que he tenido que realizar para escribir cada artículo. Pero, como curiosidad os diré que tengo 53 visitas de Hyderabad, que es la capital del estado de Andra Pradesh, en la que no he estado nunca; así que parece que allí también hay  un fiel seguidor, aunque desconocido, XD. 


No he querido listar todos los países, para no hacerlo muy pesado, pero sí quiero nombrar las 55 ciudades españolas desde las que me han visitado, porque he viajado bastante por mi país, pero desde luego no tanto, XD. Han sido: Sevilla, Cádiz, Madrid, Puero de Santa María, Barcelona, Santander, Málaga, Bilbao, Córdoba, Huelva, Pontevedra, Zaragoza, Granada, Pozuelo de Alarcón, Valencia, Camargo, Almería, San Sebastián, La Coruña, Murcia, San Cristóbal de la Laguna, Palma de Mallorca, Pamplona, Alicante, Logroño, Vigo, Ciudad Real, Oviedo, Algeciras, Las Palmas de Gran Canaria, Urnieta, Sabadell, Elche, Santiago de Compostela, Tarragona, Ripollet, Jaén, Lugo, Gijón, Castellón, Lérida, Albacete, Badalona, Granollers, Guadalajara, Getafe, Valladolid, Benidorm, Avilés, Gandía, Cullera, Alcobendas, Vitoria, Marbella y Santa Bárbara.

Por último, quería dejaros algunas curiosidades con las que me he ido encontrando en estos meses, y que quizás por falta de tiempo o porque no casaban con el tema del artículo, no he incluido en ninguno de mis posts.

Para empezar, un detalle de los coches de Tamil Nadu y de Chennai en particular. El vídeo podría resumirse con: "...porque nunca ir marcha atrás fue tan divertido...".


Sólo añadir que he llegado a escuchar La Macarena como sintonía de un coche de estos; y es que, España es muy internacional, XD.

A continuación os dejo un vídeo del que fue mi primer viaje en autorickshaw, toda una experiencia. Para hacerlo todavía más especial si cabe, me acompañaban dos de mis compañeras Erasmus, Maite, y Lucía. Esta última es la que no paraba de darle palique al conductor con un perfectísimo acento andaluz, pero en inglés.


Para terminar, un vídeo homenaje a Conchi, una amiga mía y de mis padres que tuvo la deferencia de mandarme un maravilloso y exquisito lomo en manteca en una fiambrera, aprovechando la visita de mi hermana. Por supuesto, en esos momentos de necesidad que tuvimos, el lomo se compartió y se disfrutó entre todos, y las caras de felicidad del respetable eran un espectáculo cada vez que se abría la famosa fiambrera. Aclarar, eso sí, que todas las entregas que me hicieron llegar mis visitas fueron estupendamente acogidas, y merecerían un vídeo cada una de ellas, pero es esta especialidad española la que más llamó la atención a los habitantes del Kurinji, así que de ahí el documento audiovisual. Espero que os guste.


Bueno, pues ahora sí que se acabó, no sin antes agradecer nuevamente el apoyo que he recibido por parte de todos. Ha sido una gran experiencia, como os podéis imaginar. Muchos me han preguntado si volveré a la India, ya que suponen que he quedado cautivado por ella. Sinceramente, creo que he quedado más cautivado de su gente. La verdad es que no creo que vuelva, y no porque no me haya gustado, sino porque me he dado cuenta de que el mundo es enorme (lo cual parece una obviedad), y quiero conocer sitios nuevos, cuantos más mejor.

Así que ya de vuelta, me dedico a disfrutar de las cosas y la gente que tanto he echado de menos. Tengo en mente seguir pidiendo becas, para pegarme otro despiste, así que quien sabe, igual dentro de no mucho ando descubriendo otra culura y vuelvo a contarla en otro blog... ya veremos, XD.


Muchas gracias y un último abrazo, Pablo L.

viernes, 4 de febrero de 2011

KL, Terima Kasih!!

A poco más de un día de Nochevieja, aterricé en Kuala Lumpur, capital de Malasia (Malaysia para ellos), donde me reuní con mi amigote, Chem, y su primo. Había escuchado hablar mucho y bien de esta ciudad, y he de decir que estuvo por encima de mis expectativas. Unos amigos que estuvieron viajando por todo el país, me dijeron que la capital era el no va más, que el resto de ciudades no eran tan impresionantes, y que daba la sensación de que el gobierno se había gastado una pasta tremenda en hacer de Kuala Lumpur un lugar emblemático y cautivador. No sé si esto será cierto, pero lo que yo vi me pareció espectacular.

Malasia es un país de unos 27 millones de habitantes y está dividida en dos territorios por el Mar de la China Meridional. Está formada por 13 estados o reinos, en 9 de los cuales hay un sultán, siendo esta, no obstante, una figura meramente representativa. El país consiguió la independencia de los británicos (sí, aquí también llegaron estos chiquillos con sus bombines y su té) en 1957. Es un estado confesional, concretamente musulmán, hecho que se recuerda en su bandera con la presencia de una media luna.

Así que en poco más de una semana pasé de la India a Sri Lanka, y de ésta a Malasia, para volver después al subcontinente indio. Punto y aparte merece el tema de las monedas en estos países. Por regla general, los de mi generación no hemos vivido lo que es llegar a un país sin un duro por culpa de que el dinero que traes de tu anterior destino no es válido. Ahora estamos en la era de la globalización y las compañías aéreas de bajo coste, y eso, lógicamente, se nota. Ahora pues, con conocimiento de causa, puedo decir que bendita la hora en la que España ingresó en la Unión Europea y a estos se les ocurrió unificar la divisa.

Os pongo el ejemplo más ilustrativo que me ha ocurrido en este viaje. Llego de la India (rupia india) a Sri Lanka (rupia srilankesa) a eso de las 3 de la mañana, y resulta que en este país no es válido usar una moneda distinta de la suya propia, lo cual es lógico y hasta necesario, porque resulta que la rupia srilankesa y la india tienen distinta tasa de cambio con respecto al Euro; digamos que tus euros son más rupias srilankesas que indias. Sin embargo Sri Lanka es un país, por regla general, más caro que la India, así que no os digo el lío que esto conlleva, y más si vas de visita sólo para unos cuantos días. Total, que en el aeropuerto hay un montón de oficinas de cambio con dependientes ávidos y deseosos de comprar las divisas de los turistas, momento en el cual me planteo cambiar mis rupias por las de mi nuevo destino, pero sorpresa la mía, que estando separados por tan sólo 44 Km., en el aeropuerto de Colombo no se compran rupias indias, sino que son más avariciosos y sólo lo hacen con los Euros, Dólares estadounidenses, Libras Esterlinas, etc. Además, cuando lo pregunté en el stand de turno, el tío se me quedó mirando con cara de: "este chaval está amamonao perdío, no se da cuenta de que la chatarra que lleva en lo alto no le interesa nada más que a los indios".

Y tras esta parrafada de quejas al aire, paso a hablar de Kuala Lumpur, que como dice un amigo mío, no te la esperas. Sinceramente, es otro rollo de ciudad, y a cada paso que das, te das cuenta. Así, a bote pronto: sus calles están limpias, sus taxis funcionan todos con gas natural, está plagada de rascacielos y edificios vanguardistas, la tecnología aflora por cualquier parte de la ciudad, se come con palillos, los platos son variados y muy sabrosos (nada picantes), faltan dedos en una mano para contar las diferentes religiones que conviven en la urbe, sus habitantes sonríen todo el día y son muy educados, van regalando abrazos por la calle (como en las pelis), vuelve el concepto de espacio vital, así que se adiós a eso de entrar en el autobús como sardinas en lata,... Todo esto podría llevar a pensar que la ciudad es una amalgama de culturas sin orden ni concierto, donde el capitalismo ha hecho de las suyas y ha convertido a sus habitantes en consumistas exacervados. Es curioso, pero nada más lejos de la realidad. Si, bajo mi punto de vista, Sri Lanka es sinónimo de mestizaje, Malasia lo es de tolerancia. La inmensa mayoría del país es musulmán, pero ello no quita que haya templos taoístas o hinduistas por doquier; además, los supermercados rebosan productos prohibidos para todos ellos, como el cerdo y la ternera, y a un precio asequible. Lo que es caro, lo es por los impuestos (por ejemplo, el alcohol), pero no te encuentras el problema de que no haya de algo (situación habitual en Chennai). Y a pesar de toda esta oferta, los supermercados y centros comerciales no están hasta arriba de gente, no hay colas en las cajas, ni empujones para llegar antes a la tienda de turno.


Mención especial merece el transporte público. Kuala Lumpur es una de esas ciudades que a pesar de no ser muy grande (algo menos de 2 millones de habitantes) ha entendido que no es admisible que el tráfico rodado perturbe la vida de sus ciudadanos, y por ello tiene una extensa y eficaz red de comunicaciones que te permita ir de punta a punta en un suspiro. Aparte del metro, tiene también un sistema de líneas de monorail que conecta los distritos por encima de las calles. También puedes elegir usar el autobús, aunque el lío de números y letras es muy similar al de la India, al menos para un turista como yo. En el centro de la ciudad abundan las zonas peatonales, y a destacar, Chinatown. Este barrio, donde reside y tiene sus negocios la mayor parte de la comunidad china (como en muchas capitales europeas), es un hervidero de turistas y oriundos a la caza del mejor precio. Las falsificaciones (muy conseguidas, por cierto) están a la orden del día, y el entorno y el ambiente hacen que creas estar en una auténtica ciudad del gigante asiático. Los puestos de comida callejera se amontonan en las esquinas y tentado me sentí en muchas ocasiones de probar alguna de las delicatessen favoritas de esta gente, aunque hubo platos que me quitaron las ganas, XD. Por ejemplo, en uno de los mercados callejeros a los que fui, había montañas y montañas de una especie de pescado desecado que de lejos parecían boquerones, y ya más de cerca camarones. Fuera lo que fuese, el hedor a podrido era insoportable, lo cual no disuadía a los clientes, que se los llevaban por kilos y se los comían como pipas.

Imagen del metro

Aquí, el aperitivo favorito de los malayos

Una muestra de la suculenta comida malaya, con
sus sopa de bolas de ternera y sus fideos con pringá

La entrada a Chinatown y su mercado de oportunidades

Seguramente, si algo es conocido mundialmente de Kuala Lumpur, son las Torres Petronas, que son las torres gemelas más altas del mundo. Este gigante de 452 metros es simplemente alucinante. Se erige sobre un centro comercial enorme, y en el subsuelo alberga un museo con historia, curiosidades y datos sobre el edificio. El visitante puede, por ejemplo, subirse en una báscula y calcular cuántas veces su altura, miden las torres; así que soy 243 veces más bajito que ellas, !!casi ná!! El resto de los edificios no son demasiado especiales, aunque sí pudimos ver algún edificio típico de finales de la época colonial. Concretamente, en la foto, se puede ver la que fue hace muchos años sede del gobierno, cuando aun estaban los británicos. El edificio es un alarde de originalidad y estilo, XD. Imagino la conversación entre dos de sus promotores antes de su construccióní:
- Oye, ¿qué tal si construimos aquí en la ciudad el edificio del gobierno?
- Venga vale, ¿qué estilo va a tener?
- Pues no sé, déjame que piense. Somos una colonia británica, así que habrá que estar a bien con ellos, pero por otro lado somos musulmanes, y estamos muy orgullosos de ello... ¿qué opinas?
- Pues entonces plantemos ahí el Big Ben y le ponemos ventanitas y cúpulas de estilo árabe y a ver que sale...
Dicho y hecho, ahí tenéis el resultado, XD.


Como para subir a las Torres Petronas había que pegarse un madrugón curioso y además no te dejaban acceder a la parte más alta, opté por visitar otra torre menos conocida pero casi igual de alta, desde cuya parte superior se tiene una panorámica espectacular de la ciudad; su nombre: Menara KL Tower. Esta gigantesca torre de telecomunicaciones alcanza, incluyendo su gran antena, los 421 metros de altura. Aparte de unas increíbles vistas, lo que más me impresionó es que estos malayos van a tope, y, ¡¡tienen semejante bicho de edificio en medio de una selva tropical!! Sí, así está la cosa, ¿quieres una selva tropical? Pues toma selva en medio de la ciudad. Hice hasta una rutilla de media hora por un sendero que había por allí y todo, vamos, que era como para perderse allí; eso por no contar la cantidad de bichos y el calor y la humedad que hacía allí dentro.


Y llegó la noche de fin de año, y llegó el apoteosis. Pasar el fin de año con tu familia, con el programa de Cruz y Raya de fondo, es bonito y muy nuestro, pero entrar en el 2011 frente a las Torres Petronas con un botellón y las uvas correspondientes, tampoco está mal, XD. Teníamos claro que sería en tan singular lugar de la ciudad, porque siempre hemos visto que cuando es por la tarde en España, por esta parte del mundo ya están de fiesta (nos llevan 7 horas de adelanto). Lo del botellón y las uvas surgió sobre la marcha, pero no defraudó. Lo cierto es que esperaba un reloj de cuenta atrás enorme, rollo Times Square, y un fiestón tremendo, y nada más lejos de la realidad. Los malayos son escuetos y comedidos en sus celebraciones, sin cuenta campanadas, ni cronómetro o similar, tan solo un reloj digital en lo alto de un edificio cercano. Hasta tal punto son recatados, que a las 0.15 solo quedábamos nosotros rematando unos cubatas que teníamos pendientes y a eso de la 1 de la mañana, la policía nos echó de la plaza (con una educación exquisita), pero no porque estuviera prohibido el botellón (sinceramente, la gente estaba un poco cariacontecida con nuestro comportamiento, no se lo esperaban), sino porque era tarde y tenían que limpiar y adecentar la zona para el día siguiente. No había casi ninguna discoteca abierta, y las que había, pedían una pasta para entrar y estaban medio desiertas. Total, que la experiencia fue genial y muy recomendable, pero de celebraciones andamos mejor en España. Por supuesto, no pudimos evitar dar la nota con nuestras camisetas de La Roja...


No podía finalizar sin comentar que, al igual en la India, el sentimiento patriótico es tremendo, y hay banderas del país por cualquier rincón de la capital. Los malayos están muy orgullosos de sus orígenes y de todo lo que han conseguido, y no dudan en gritarlo a los cuatro vientos; eso sí, en voz baja y sonriendo, para no molestar a nadie, XD. Por todos lados puedes encontrar carteles publicitando la ciudad, poniéndola en valor. Yo sólo puedo decir, tras pasar unos días en esta apasionante urbe, que también pienso que Malasia es muy putera, XD, y por todo ello, termino diciendo: Kuala Lumpur, terima Kasih!! (muchas gracias).

 
Un abrazo, Pablo L.

martes, 18 de enero de 2011

...Ganeshito de mi vida, eres niño como yo,...

Antes de terminar de relatar mi último viaje por Asia, quería hacer un alto para tocar un tema que está omnipresente en la cultura india, y que no podía pasar por alto: la religión. He querido esperar hasta el final de mi estancia, a fin de recopilar toda la información posible para tratar de explicar lo imbuida que están la fe y las creencias en el día a día de estas gentes.

Aproximadamente el 80% de los indios se declaran hindúes; el 20% restante se reparte entre musulmanes, cristianos, jainistas, budistasparsis y sijistas. Dependiendo de la región del país que consideremos, estas minorías religiosas tienen mayor o menor peso, de forma que si en Kerala, por ejemplo, hay una floreciente comunidad cristiana, en Andhra Pradesh son los musulmanes los que secundan al hinduismo en número de fieles. Lógicamente, con este desigual reparto, no es raro que haya sido la religión hindú la que más haya despertado mi curiosidad.

Para empezar, comenzaré diciendo que, a diferencia de lo que pueda pensarse, el hinduismo carece de fundador, autoridad central o jerarquía. Básicamente, los hindúes creen en Brahmán, que es eterno, infinito y no creado; todo lo que existe emana de Brahmán y al final volverá a él. Así que en la India no hay ningún templo dedicado a Brahmán, porque no se le conocen forma ni atributos. En su defecto, hay lugares de oración y peregrinación dedicados a muchas de sus manifestaciones cognoscibles y que sí tienen atributos.

Para no liar mucho el asunto, que es hartamente complicado, hay que destacar una terna de dioses (o manifestaciones de Brahmán) que componen la trimurti, que viene a ser como la Santísima Trinidad de los cristianos. La forman Brahma (sin n al final), Visnu y Siva.

El primero de ellos sólo interviene activamete durante la creación del universo y el resto del tiempo, lo pasa meditando. Se le suele representar con cuatro cabezas (con corona y barba), cada una mirando a un punto cardinal. Visnu es el que protege y preserva todo lo bueno del mundo. Normalmente se le representa con cuatro brazos, sosteniendo una flor de loto, una caracola, un disco y una maza. Se dice que el Ganges nace en sus pies. Por último, Siva, es el destructor, pero sin el cual la creación no tendría lugar. Su papel creativo se simboliza con la representación fálica del venerado lingam (sí, un enorme y grueso falo que la primera vez que se ve da que pensar, XD). A veces Siva aparece con serpientes enroscadas en el cuello y se le representa asiendo un tridente (representando la trimurti).

Alguno podrá pensar, "...hombre, pues tan difícil no es esto del hinduismo, si total, tienen unos pocos dioses con un nombre algo complicado, pero poco más...". Creo que eso es lo que a mí también se me pasó por la cabeza al principio, pero después vas descubriendo que en la India y en el hinduismo, las cosas no son blancas o negras. Pondré algunos ejemplos para que se vislumbre la magnitud del asunto: Siva, tiene 1008 nombres y adopta muchas formas, como Pashupati, defensor de los animales y Nataraja, señor de la danza. Visnu cuenta con nueve avatares (encarnaciones) que son el pez Matsya, la tortuga Kurma, el jabalí Naraha (del que vi un templo en Khajuraho), Narasimha, Vamana, Parasurama, Rama, Krisna (de ahí los conocidos Hare Krisna) y Buda (sí, Buda, el del budismo, porque esta religión emana del hinduismo). Todos estos dioses, además, tienen mujer e hijos (que no dejan de ser nuevas manifestaciones de Brahmán), que también son adorados e idolatrados en diferentes puntos del país. Así la mujer de Siva es Parvati, que tiene a su vez multitud de representaciones como Durga o Kali. El hijo de Siva y Parvati es Ganesh (el de la cabeza de elefante), que representa la buena suerte y es muy querido. Añadir también que estos dioses han tenido varias esposas, así que Parvati, por ejemplo, se casó con Siva en segundas nupcias, lo que hace que haya otra primera esposa con no sé cuántos hijos para adorar y tener en cuenta. En definitiva, y para no alargarlo más, ¡¡el hinduismo se va de las manos!!

Garuda, vehículo celestial de Visnu, mitad hombre mitad pájaro

Con Naraha, en Khajuraho

Seguramente en este momento os surgirán muchísimas preguntas acerca de cómo es esto o lo otro en esta complicada religión, pero creo que tanta explicación no cabría ni en 5 posts. Así que el que quiera saber más, que me invite a una cervecita y a una tapa de carne al toro (que tengo déficits cárnicos, XD) y ya le cuento lo poco que sé. Y sí, digo poco porque uno de los principales problemas que he encontrado durante mi estancia es que cuánto más preguntas a los indios, menos cosas claras tienes en la cabeza; es decir, que recibes muchas informaciones, pero o bien no tienen nada que ver o bien no casan entre sí. Es chocante y hasta frustrante, llegar a un país tan variopinto, quedarte alucinado de su riqueza cultural y no ser capaz de descubrir y conocer todos los aspectos de su vasta tradición. ¿Significa esto que los indios son malos hindúes porque no conocen perfectamente su religión? No lo creo, personalmente pienso que es un tema de educación. Por ejemplo, en clase, con mis compañeros indios, pocas veces se hacían preguntas a los profesores, y no porque no hubiera dudas (os lo puedo asegurar), sino porque el respeto al profesor es tal, que no se le quiere molestar con ninguna pregunta. Esto provoca situaciones tan curiosas como que el docente cometa un error garrafal en la pizarra y nadie diga nada, pero el día del examen, todos tengan perfectamente resuelto el ejercicio en cuestión. Así que, teniendo en cuenta que estamos hablando de chavales universitarios, con ganas de aprender y prosperar, no sorprende que cualquier persona menos cualificada ni si quiera se plantee el porqué de ciertas costumbres. Por tanto, la regla de oro es: si tienes alguna duda, pregunta al menos a 3 indios al azar. Si coinciden sus respuestas, puede que estén en lo cierto; si la de alguno difiere, sigue preguntando, XD.

Para terminar, quiero comentar algunas curiosdades acerca del hinduismo, que hacen entender lo intimamente ligado que está a la sociedad y sus costumbres:

- El jainismo y el sijismo no son más que religiones nacidas como fruto de escisiones en el seno del hinduismo, como ya les ocurrió a los cristianos con los luteranos o los anglicanos. Concretamente el jainismo brotó en el siglo VI a.C. como reacción contra las restricciones del sistema de castas y los rituales del hinduismo.

- Como es sabido, la vaca es un animal sagrado en este país. No sabía exactamente porqué, pero no mucho antes de venirme escuché  una razón que me dejó bastante satisfecho. No lo he comentado antes, para no liar más el post, pero cada uno de los dioses que he mencionado arriba, tienen una montura, es decir, un animal o criatura que les sirve de transporte y con los que habitualmente se les representa. Pues bien, la montura de Siva es Nandi, un toro. De ahí que este animal sea venerado y protegido.

 Templo a Nandi en Tiruvanmalai

- Para demostrar mi alto nivel de ignorancia acerca de esta esquiva cultura, os cuento la última. Casi desde el primer día que llegué aquí me fijé que en muchos templos, escudos, emblemas, etc. aparecen esvásticas o cruces gamadas. La verdad es que al principio me quedé alucinado, y por un segundo llegué incluso a pensar que quizás el Tercer Reich trató de conquistar territorios tan lejanos como éste. Rápidamente, y después de semejante disparate, traté de preguntar a varios hinduistas acerca de este símbolo que a mí (y me temo que a los de mi generación) nos recuerda a una de las etapas más tristes del siglo XX. Al final, Internet ha resuelto mis dudas. Resulta que la esvástica es un símbolo que lleva apareciendo desde tiempos inmemoriales en diferentes culturas (al menos desde el siglo V a.C.), desde los hinduistas, a los indios navajos, pasando por tribus iraníes o incluso el mismísimo Baden Powell, que la usó como parte del diseño de una medalla al honor que entregaba a sus muchachos (lógicamente, en los años 30 la cambió). la palabra esvástica viene del sánscrito (lengua originaria del Hindi y otras lenguas indias) y significa muy auspicioso. Además, en la cultura hindú puede encontrarse con sus brazos doblados en sentido horario, en cuyo caso representa a Brahmá, o antihorario, representando a Siva.

Creo que muchos hindúes hacen lo que hacen porque es tradición o rutina, sin ni si quiera plantearse los orígenes o causas de tan ancestrales comportamientos. Sea como fuere, sus tradiciones son muy distintas a las nuestras, curiosísimas e irremediablemente cautivadoras.


Un saludo, Pablo L.

martes, 4 de enero de 2011

Té en el paraíso

Este año Nochebuena ha pasado sin pena ni gloria por mi calendario, ya que tras mi último examen (el mismo día 24), estaba totalmente agotado, así que a eso de las 21.30 ya estaba durmiendo; no pude ni ver el discurso del Rey, que seguro que algo interesante diría, XD. Estas fechas tan señaladas sin la familia cerca hacen que valores mucho más lo que tienes y que lo disfrutes al máximo cuando es posible. Aun así, aquí no se celebra nada en especial el día 24, aunque el Día de Navidad es festivo, de forma que no se notó tanto el estar sólo. Lo mejor estaba por llegar.

Sólo media hora después de que comenzara el día 26, cogía un vuelo con dirección a la isla de Sri Lanka, que es un pequeño país situado al sur de la India y que hasta hace poco menos de dos años estaba en guerra civil. Para los que no les suene, cuando estaba bajo el dominio británico era conocida como Ceylon (sí, como el té). Tiene sobre 20 millones de habitantes y logró su independencia un año después que su vecino, en 1948. El motivo fundamental para visitar este pequeño estado es que otros compañeros de beca ya estuvieron anteriormente y me hablaron maravillas de él; además, tenía la oportunidad de hacer un curso de buceo de cuatro días, y según los entendidos, este país es una delicia para esto del submarinismo.

Básicamente, Sri Lanka es otro rollo de país. La gente tiene rasgos indios y son también muy amables y sonrientes, pero sus ciudades no tienen nada que ver, y sus costumbres también distan bastante. Por poner un ejemplo, sólo unas horas después de llegar al aeropuerto de Colombo, su capital, desayunaba huevos con bacon en frente de la playa, ¡¡gran acogida!!


Hikkaduwa es un pueblecito al sur de la isla, a unas tres horas en autobús desde la capital. Es famosa por sus zonas de buceo recreativo y sus playas de fina arena y aguas cristalinas. Qué mejor lugar que ese para hacer el PADI Open Waters Scuba Diving Course, que es el nivel básico de aprendizaje en este mundillo. La cosa no es para nada trivial, y aparte de las prácticas, las inmersiones, tienes que leerte un libro y hacer un test al final del curso. Aunque pueda parecer un tostón, la verdad es que se aprende muchísimo (y si te interesa el asunto, más aun) y todo con un método orientado a la práctica. Por supuesto, como en todas estas cosas, el sentido común y la lógica son las mejores herramientas para no tener ningún problema. No se debe olvidar que el submarinismo no deja de ser un deporte de riesgo y que el agua no es nuestro medio natural, por lo que en él somos más vulnerables. Esta experiencia, que ha superado ampliamente mis expectativas, pone a prueba tu serenidad, paciencia y autocontrol.

Con Praveen, mi instructor

Como bien pude leer antes de mi estreno en una inmersión, la primera vez que sales a mar abierto, te colocas el regulador en la boca e inhalas bajo el agua, es algo alucinante, inolvidable, casi indescriptible. El aire penetra en tus pulmones, frío como nunca antes y poco a poco vas acostumbrándote a ese nuevo habitat en el que tus brazos y piernas se mueven con parsimonia, a cámara lenta. A medida que desciendes, la presión empieza a notarse y la oscuridad se cierne sobre tu cabeza y la de tu compañero, y cuando estás en medio de la nada más absoluta, casi sin darte cuenta, llegas al fondo y comienza el espectáculo: miles de colores y formas por todas partes, plantas y peces revoloteando por doquier, un patio de recreo del que no se ve el final,... No puedo más que aconsejar a todo el que pueda que pruebe esta actividad, no creo que le defraude. Me hubiera encantado tener alguna foto durante alguna de las inmersiones que hice, pero no había presupuesto para una cámara subacuática, así que pongo algunas de la playa desde la que embarcábamos.


La comida es otra de esas cosas de Sri Lanka, que como dice un amigo mío, no te la esperas. Después de casi seis meses en un país vegetariano donde es materialmente imposible encontrar ternera y muy difícilmente cerdo (aparte de ser caro), aterricé en un lugar donde la carne está a la orden del día y donde los platos mezclan el arroz, con coloridas y picantes salsas y trozos de sabrosa carne y jugoso pescado. También hay suculentos dulces y la cerveza es relativamente asequible y bastante buena. Cualquier pudiera pensar que cualquier país de alrededor es mejor que la India, pero nada más lejos de la realidad, lo que ocurre es que es sorprendente que a solo 44 Km. de distancia se pueda encontrar un sitio tan distinto, tan lleno de contrastes, etc. Bueno, pasa eso y que a mí me encanta la comida, XD. Dejo algunas fotos de un par de platos típicos de la zona.

Rice & Curry, que es sirve con cuatro o cinco salsas y trozos de atún
 .
Rotti de plátano y chocolate, que viene a ser similar a un crepe

La verdad es que el curso, mañana y tarde, me dejaba bastante rendido, pero no podía perder la oportunidad de conocer la zona. Así que aprovechando que, al igual que en la India, no hace falta permiso de conducir, alquilé una moto y fui un par de tardes a visitar algunos puntos de interés. Para no perder la costumbre, elegí una marca india, en este caso una Bajaj, que tiene con su modelo Pulsar (en la foto), un auténtico filón: es bastante raro no cruzarte con alguna a cualquier hora del día. 


Sri Lanka es un país del que destaca su mezcolanza. La religión predominante es el budismo, aunque también hay musulmanes, católicos e hinduístas, estos tres últimos en igual proporción. La mayoría de sus habitantes es de aspecto similar a los indios, aunque algún oriundo me dijo que las diferencias entre ambos pueblos saltan a la vista (evidentemente no a la mía). Así que, toda la región está salpicada de templos de cualquier credo y en las ciudades se ven personas ataviadas con diversos atuendos según su confesión, porque, afortunadamente, todos viven en armonía y se respetan los unos a los otros.

Tenía especial interés por ir a un templo budista, ya que me ha faltado tiempo para ir a Nepal o al noreste de la India, donde esta religión es mayoritaria. Así que tras preguntar al personal, cogí la moto y fui a unos 20 Km., a visitar el templo de Yatala, que significa bajo la roca.

El lugar estaba casi desierto, y sólo una feligresa andaba limpiando y adornando los altares de las distintas imágenes de Buda que había. En seis meses no he aprendido demasiado sobre el hinduismo (tengo un post pendiente sobre eso), así que imaginaros lo que conseguí en poco menos de una hora en aquel sitio... El lugar era tranquilo como pocos, muy distinto de los bulliciosos templos hindúes que he visitado desde que estoy aquí. Podías estar allí horas sin ser molestado por absolutamente nadie.

Entrada al complejo del templo de Yatala

Detalle de varios elementos representativos de un típico templo budista

Algunos de los altares con imágenes de Buda

Para terminar, el mismo día de mi partida, visité la ciudad de Unawatuna, que debería haber sido una auténtica pasada, aunque a reventar de turistas. La mala suerte se cebó conmigo, y tanto a la ida como a la vuelta, me cayó lo que no está escrito. Cuando sólo llevaba diez minutos en la moto, empezó a jarrear como pocas veces he visto, así que la carretera se convirtío en un auténtico peligro y tuve que reducir la marcha, lo que hizo que terminara como una auténtica sopa, XD. Aun así, pude sacar alguna que otra foto de este idílico pueblecito a pie de playa.


Sólo me quedaron buenas sensaciones de este pequeño país, del que dicen sus propios habitantes que el norte es mágico, por estar prácticamente virgen y deshabitado. Quien sabe, igual el próximo curso de buceo lo hago por allí, XD.


Un abrazo, Pablo L.