Desde que estoy aquí, la cosa ha cambiado bastante, hasta el punto de que estoy comiendo por el simple hecho de aplacar el hambre, pero nada más, lo justo y necesario. A la hora de comer no hay sorpresas posibles, porque toda la comida de estilo indio huele exactamente igual, y por supuesto en todas puedes encontrar Masala, que no es más que una salsa tradicional del país con no sé cuantas especias combinadas de la forma en que le da la gana al cocinero de turno; eso sí, todas tienen un denominador común: el picante. He aprendido que contra el picante es inútil beber agua, pues lo que hace es agudizar la sensación; lo mejor es la miga de pan o el arroz, que es curiosamente con lo que aquí se come absolutamente todo. Aquí se desayuna, se come y se cena arroz, el cual pica de por sí, sin ninguna salsa; pero claro, a éstos les parece poco y le echan unas cuantas en lo alto, de forma que se les insensibilice la lengua. Todos mis compañeros ya se han hecho a esto, así que yo iré entrando por el aro poco a poco, pero sin duda lo que llevo peor son los olores, eso sí que me va a resultar difícil!!
En la foto podéis ver algunos de los productos precocinados de los que dispongo en mi cuarto para ir aguantando el tirón (patatas fritas, noodles o espaguetis indios y comida rápida india). Los que veis son de los que menos pican por aquí, y aun así lo paso regular, XD. A destacar el concepto que tienen aquí sobre el sabor español: Spanish Tomato Tango, que os puedo asegurar que no tiene nada que ver con el tomate frito Orlando de toda la vida, ojalá!! El que venga de visita, por favor que traiga embutidos (que aquí casi no se venden), aceite de oliva (que aquí sólo tienen el de los coches y alguno italiano) y vinagre para las ensaladas (que aquí me han mirado como a un bicho raro las dos veces que lo he pedido en una tienda). Ya comentaré mis evoluciones en próximos posts, porque esto promete, XD. MASALA RULES!!
Un abrazo, Pablo L.